Autora: Mtra. Cecilia Rosales Vega /Psicoanalista especializada en la atención psicológica de las personas con discapacidad intelectual y su familia en el Centro Discapacitarte.
Importancia de las emociones y el acompañamiento psicológico en las personas con Síndrome de Down.
“¿Qué recomendaciones puede hacer a las personas que están cerca de un niño con discapacidad? –pregunté- Que le escuchen, que le sigan, que hay que aprender de él”
(Jean Pierre Gardent)
En etapas tempranas de su vida, cada vez es más frecuente que los padres lleven a sus hijos con esta condición desde que son pequeños a recibir tratamientos médicos, terapia física, de lenguaje, aprendizaje y ocupacional, así como que asistan a la escuela y participen en diversas actividades sociales; sin embargo, pocas veces se considera necesario que reciban atención psicológica especializada donde puedan hablar de sus emociones, problemas, miedos y expectativas.
En algunas investigaciones que han realizado especialistas en el tema de la atención psicológica de niños y adolescentes con discapacidad intelectual, se ha observado que es muy importante estar atentos a los síntomas que pueden presentar nuestros hijos, pacientes y alumnos con Síndrome de Down, para poder escuchar a tiempo lo que les sucede y atenderlos adecuadamente desde esta perspectiva, así se podrán evitar muchas conflictos que frecuentemente llegan a afectar seriamente la estabilidad emocional de quienes viven con esta condición, sus familiares y las personas que trabajan con ellos.
En la experiencia de investigación clínica que realizamos en el Centro Discapacitarte, donde desde hace varios años nos dedicamos a dar consultas y talleres de atención psicológica para personas con discapacidad intelectual y su familia, nos hemos dado cuenta que cuando las personas con Síndrome de Down no son escuchadas en su entorno por diversos motivos, como presentar problemas de lenguaje, dificultades cognitivas y/o conductas disfuncionales, entre otros, comienzan a presentarse síntomas complicados ocasionados por la frustración que les ocasiona no poder expresarse, pero sobre todo por no sentirse tomados en cuenta y comprendidos como personas.
Señales que pueden indicar problemas emocionales
Puede ser mostrar tristeza, enojo, irritabilidad, ansiedad, apatía, miedo y aislamiento, así como dificultades para comer, dormir o relacionarse con otras personas.
Se ha observado que estas conductas se pueden presentar en cualquier momento de la vida, durante la infancia, la adolescencia y la vida adulta, ocasionando problemas de adaptación con su familia, compañeros, maestros y personas cercanas, así como generando una percepción inadecuada de ellos mismos, lo que puede causar inseguridad y problemas de autoestima.
Para conocer los sentimientos y emociones es importante reconocer que antes que nada es una persona con nombre propio, intereses, historia y situación particular, escuchando con paciencia e interés lo que nos dice.
Algunas recomendaciones que pueden ser útiles para escuchar a las personas con discapacidad intelectual con cuidado en la vida cotidiana son las siguientes:
Dedicar tiempo y atención especial para estar con ellos, teniendo disposición para ser empáticos, esto es para ponernos en su lugar.
Poner interés en lo que nos dicen cuando están hablando o a lo que quieren expresan a través de la comunicación no verbal con su cuerpo.
Asegurar que los estamos escuchando, resumiendo y repitiendo su mensaje o las palabras que nos dicen.
Mostrar una postura corporal que les haga saber que estamos interesados.
Propiciar que la comunicación con ellos sea fluida, variada y enriquecedora.
Utilizar imágenes o fotografías para reforzar la comunicación.
Promover que hable con diversas personas cercanas, invitando a familiares, profesionales y amigos a escucharlos.
Conclusiones Finales
Es necesario considerar que se requiere de la participación activa de la familia, principalmente de los padres, quienes se beneficiarán al adquirir las herramientas que les permitan comprender y escuchar a su hijo, identificar las dificultades que encuentren para incluirlo en la sociedad que pertenece, así como aceptar la condición de su hijo, teniendo claro que esta experiencia especial de paternidad es para toda la vida.
Podemos concluir que es fundamental que las personas con Síndrome de Down y su familia desarrollen la práctica de la escucha en su vida cotidiana y se acerquen con un psicólogo especializado para conocerse, mejorar la dinámica familiar así como disminuir situaciones de conflicto personal y con las personas de su entorno.
Mtra. Cecilia Rosales Vega.
Psicoanalista especializada en la atención psicológica de las personas con discapacidad intelectual y su familia en el Centro Discapacitarte.
Autora de la colección de libros “¿Qué hago con un niño con discapacidad?”, editados por Pax.
Contacto: discapacitarte@prodigy.net.mx
Tel: 55 26 90 11 61
Hola, mi nombre es Areli.
Tengo a mi hermano de 15 años y tiene Síndrome de Down, vive con mi mamá (ella es viuda desde hace 10 años) y cada 15 días se queda conmigo y mi familia (esposo e hija) a pasar el fin de semana.
La verdad es que como familia la estamos pasando muy complicado porque no sabemos cómo ayudar a mi hermano en éste momento que es un adolescente. Está teniendo muchos cambios de salud propios de la adolescencia pero otros no, le acaban de mandar ansiolíticos pero me gustaría charlar con alguien que ya haya pasado ésta situación. Como su hermana mayor me preocupa mi hermano y su bienestar tanto físico como emocional.
¡De antemano gracias!
Buenas tardes Areli, que bueno que te interesa atender la situación emocional de tu hermano, esto mejorará la conducta que presenta y la dinámica de tu familia, con gusto puedes comunicarte conmigo al 5526901161.
¡Saludos!
Cecilia Rosales